Para los Cáncer planificar los grandes eventos de la vida es una parte esencial de la forma en que andamos por el mundo. La única para tener éxito y cumplir nuestros sueños, de hecho. Su obsesión con el futuro y por cómo resolverlo sólo se iguala a la que tiene el signo del arquero: Sagitario.
¿Esto les hace el uno para el otro? Para desgracia de Cáncer no es así.
Y es que Cáncer se enamora sin remedio de los nativos de Sagitario. Le atrae su apostura, su incansable ser atlético, pero sobre todo su capacidad para adelantarse al futuro y reescribir lo que creen necesario.
Esta capacidad es lo que Cáncer necesita para sentirse seguro, pero no se detienen a preguntarse (en su entusiasmo) por lo que Sagitario desea.
Sagitario no cree en los mismos compromisos que Cáncer. No cree en los amores para siempre, y eso hará que se vaya de la vida de Cáncer antes de lo que el cangrejo quisiera.
Es un amor que duele para Cáncer este que siente por Sagitario, pero es uno que no debe evitar, pues mientras dura es un amor feliz. Hay venenos que nos es necesario beber para hacernos resistentes contra ellos.
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